Mujeres, prisioneras del pecado de sexo pagado y lagrimas negras; Magdalenas de un orgasmo fingido, en esas camas destrosadas con el olor putefacto de un cuerpo perdido, condenada sin arrepentimento, porque cada vez que la necesidad tocaba la puerta sin preguntar, se abria paso el deseo vendando los ojos y desechando el honor... Engañando el corazon y la memoria, vagan por la vida con dolor, se topan con la muerte mas de una vez al inhalar polvillos magicos de tranquilidad, pero es solo por un momento nada mas... Todo se calma por un momento pero la herida en el alma jamas cierra.
Pero al llegar el alba regresan a su morada con el rostro rasgado y tintado de dolor... vuelven Magdalenas a sentir el frio de la vida y en un solo acto de arrepentimento su salvacion.
No hay comentarios:
Publicar un comentario