Duele tanto la traición que es imposible de borrarla, duele tanto la infidelidad que jamas ha podido ser olvidada... La deslealtad tiene un precio alto y es mejor morir que vivir para pagar tal precio; incluso cuando se esta en paz tranquilo siempre incurre alguno con la cizaña y agita la mar que ha estado en calma, lo que corrobora mas aun, que nadie quiere felicidad para otro, que es imposible vivir sin batallar.
Me esta costando la vida el buscar la paz donde no existe ni el amor... ¿Quien me daría un segundo de Felicidad?
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